El Lino 2016: El enriado

Como escribí hace dos días, depusimos los tallos desgranados en el suelo en el parque de Uliako Lore-Baratzak para el enriado al rocío. A continuación podeís leer de qué se trata; el texto fue corregido y redactado por Ana Rivas (¡gracias, Ana!):

Con la finalidad de poder sacar mejor las  fibras de los tallos, estos se someten a un proceso llamado enriado. Durante el cual algunas bacterias y hongos destruyen la pectina que une las fibras a la corteza y al corazón del tallo.
En Euskal Herria se usaba el enriado al agua donde se mojaban los tallos en un pozo, un arroyo o un estanque. Pero de este modo el agua se contaminaba y se promulgaron leyes que prohibían el uso de arroyos comunales o ríos para este fin. (Y por eso se construían pozos especialmente dedicados al enriado del lino y probablemente del cañamo para evitar la contaminación de las aguas.)
El enriado al rocío
Por los motivos descritos anteriormente y al no disponer de los recipientes adecuados vamos a aplicar el enriado al rocío: se disponen los tallos en el suelo en fila de manera que los microorganismos cumplan con su función. Los tallos han de estar sueltos en el suelo y necesitan la humedad del rocío o de la lluvia, aunque también han de recibir sol de vez en cuando.
Este proceso termina una vez es fácil la separación de los haces fibrosos de las partes leñosas de los tallos, momento en el cual han de ser recogidos los tallos del suelo para que los microorganismos no destruyan las fibras.
Los tallos una vez vueltos a secar, se guardan en un lugar  seco. Así mantendremos el lino hasta que pase el tiempo adecuado para seguir con el proceso: agramado, espadeo, cardado e hilado.

 

 

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